Evasión

Agustín Martínez (Carmen Mola): "Me fascina esa parte oscura del ser humano porque creo que la llevamos todos dentro"

  • El lorquino publica 'El esplendor', su primera obra en solitario después de la famosa saga
  • "Siempre tengo la tentación de irme hacia el terror absoluto, ya no solo thriller o novela negra, sino pisar el terror"
  • "Leí una noticia sobre los cazadores de herencias, que no sabía que existían, y de ahí surge la idea de este libro"
Agustín Martínez. Fuente: Javier Ocaña

El esplendor es la tercera novela en solitario de Agustín Martínez (Lorca, 1975), tras Monteperdido (2015) y La mala hierba (2017), pero su décimo libro en total, ya que es uno de los tres integrantes de la famosísima saga de Carmen Mola, que cuenta con cinco obras pertenecientes al universo de La novia gitana y dos novelas independientes. Pero, antes y entre medias de todo esto, la huella del lorquino se ha podido ver en series tan populares como Sin tetas no hay paraíso, La chica de Ayer, El don de Alba o La caza, donde ha trabajado como guionista. El denominador común de la mayoría de sus trabajos es el thriller como género, pues, no sabe si por pura cobardia o simple curiosidad, siempre ha sentido atracción por el lado más oscuro del ser humano. César y Rebeca, los protagonistas de su última pieza, recogen un poco de todo eso y ponen la identidad, la culpa y la redención en el centro para que, una vez más, el lector no trate simplemente de resolver el misterio.

Te lanzas a escribir tu primera novela en solitario después de Carmen Mola. ¿Por qué ahora?

En realidad no es un porqué ahora, porque yo nunca he tenido la sensación de haber dejado de escribir en solitario, pero, sin darme cuenta, han pasado 8 años. En realidad, después de escribir La mala hierba, yo tenía la intención de volver a escribir una otra novela en solitario. Apareció Carmen Mola y aparecieron series que he estado haciendo y entonces no encontraba el momento. Pero la idea original de la novela empecé a trabajarla hace mucho, hace a lo mejor 5 años, pero ha ido construyéndose poco a poco y ahora ha salido. Digamos que lo bueno de la novela en todo este proceso es que no he sentido ninguna urgencia por acabarla. He podido dedicarle todo el tiempo que necesitaba. A pensarla y luego a escribirla.

Pero, ¿de dónde se saca tiempo para tanto? Comparte tu secreto...

De quitárselo a la familia y a los amigos. Como todo, consiste en organizarte y vas poco a poco, no vas sacando todo al mismo tiempo.

En el libro 'El esplendor' hay evidentes paralelismos con la famosísima saga Carmen Mola. Es un thriller en el que la figura central también está basada en una investigación criminal donde el peso del pasado tiene una gran influencia en los personajes. ¿Cuánto de tu propia experiencia o de tu observación sobre la naturaleza humana influencia estos temas que tratas en los libros?

No lo sé, supongo que yo siento cierta atracción por el lado oscuro del ser humano. A veces pienso que es por puro miedo, que soy un cobarde y, entonces, como buen cobarde, estoy como muy pendiente de todo lo que puede ser peligroso a mi alrededor, ¿no?, pero sí, me fascina de alguna forma esa parte oscura del ser humano porque creo que la llevamos todos dentro y de ahí surgen un poco los temas, tanto en Carmen Mola como aquí, aunque creo que son universos muy diferentes.

Carmen Mola es un tipo de thriller mucho más vertiginoso, mucho más rápido de lectura y lo que yo he hecho en solitario, en El esplendor en concreto, es un thriller más atmosférico, de otra manera. Se estructura de una manera distinta y tiene un estilo distinto al de las novelas de Carmen Mola. Pero a nivel temático supongo que es eso, porque en la televisión o en las series que he hecho también toco mucho el thriller y también estás como todo el rato escarbando en los rincones oscuros de la sociedad.

La culpa y la redención son temas centrales en la obra. ¿Cómo decides que serían las materias principales y cómo se entrelaza con la misma trama principal?

Yo creo que la culpa y la redención tienen que ver mucho con el pasado. Los dos personajes, César y Rebeca, cargan con un pasado que quieren borrar de alguna forma y quieren reinventarse y crear una nueva identidad. Eso sucede también en la isla a la que van a parar, que tiene un pasado muy oscuro y que también quiere borrarlo y reinventarse, y de ahí surge todo el tema de la culpa. A mí lo que me interesaba mucho en la novela sobre todo era la identidad. Lo que pasa es que la identidad tiene muchas derivadas: la del peso de la culpa, el por qué queremos cambiar de identidad… pues quizá porque hay una culpa dentro de nosotros que queremos estirpar de alguna forma y eliminarla de nuestro interior. Pero todo el núcleo central es el concepto de identidad.

¿Cómo equilibras la acción de la propia obra con el desarrollo psicológico de los personajes? Entre el crimen en sí y la misma introspección de la que tú hablas de los protagonistas, que es tan profunda en realidad.

Es un tema muy complicado, porque yo creo que en ese equilibrio está la clave de la novela. No sé si lo he encontrado, yo espero que sí, pero es algo que sí es verdad que estaba muy presente cuando estaba escribiendo, porque yo escribo para la gente y cuanta más gente me lea, mejor. Entonces siempre reivindico, desde Carmen Mola y desde mí mismo, el entretenimiento dentro de la literatura, o sea, que uno lea la novela y que no sea difícil meterse dentro de ella.

Entonces, cuando quieres explorar temas que son más complejos o quieres meterte en profundidades en los personajes, es complicado encontrar ese punto medio, ese balance entre la acción, entre los giros, que también los tiene esta novela. Las sorpresas, el mundo interior de Rebeca y de César... Yo ahí lo que utilizo es algo que uso mucho en las series de televisión, y es construir los personajes como si ellos fueran una historia de misterio. Entonces, eso me permite desarrollar mucho el personaje porque al final hay misterios dentro de él también. Descubrir quién es realmente César o quién es Rebeca forma parte de los misterios del El esplendor. De esta manera creo que el que el lector está enganchado también, no solo a la trama, sino también a saber exactamente cuál es el pasado de César, cómo es Rebeca… todas estas capas de los personajes.

Otra de las cosas que extraigo del libro es que ese esplendor puede surgir de momentos de caos y de terror. De cómo una situación complicada puede servir como una revelación de la verdad. ¿Es esto lo que querías transmitir?

Hay algo de eso. Hay algo de alcanzar como el placer absoluto dentro de la novela, placer o lo que cualquiera consideraría la felicidad absoluta, el haber alcanzado una meta una meta vital. De nuevo tiene que ver mucho con la identidad, es decir, nosotros creamos nuestra identidad en función de una meta y para conseguirla nos comportamos de una determinada manera o respetamos unas normas u otras. Sí que hay en todos los personajes un deseo de alcanzar esa felicidad absoluta, lo que pasa que es un viaje bastante tóxico el que hacen, porque están como lanzados a ese esplendor, a conseguir ese momento de felicidad absoluta y de liberarse del peso de la culpa, de estar completamente limpios, pero para hacerlo están traspasando líneas morales, entonces ahí se crea el conflicto.

¿Qué es lo que buscas despertar en tus lectores? En este caso en concreto, además de la propia resolución del misterio, ¿qué es lo que te gustaría que un lector sintiera cuando lee tus libros?

A mí hay una cosa que me gusta mucho y al final la traslado porque es lo que yo disfruto también como como lector y como espectador, y es que una historia me sumerja en un mundo paralelo de alguna forma. Que yo salga de ver una película o de leer un libro con la sensación de haber vivido eso y haber estado en los lugares donde se desarrolla la acción. Entonces, reconozco que me encantaría que los lectores salieran con la sensación de haber estado en la isla de Alderney, de conocer a Rebeca y a César como si fueran seres reales. Eso me parece como la mayor magia de la de la ficción, crear esos mundos paralelos que la gente puede disfrutar como si fueran absolutamente reales.

Luego hay otras cosas, lo que te decía antes del entretenimiento, que la gente se lo pase muy bien. Y hay una serie de dilemas a los que yo no doy respuesta sobre la identidad, si se puede eliminar el pasado, cuáles son los límites de la moral, sobre cómo de repente se puede cambiar la moral con la que estás viviendo y pasar por encima de todo eso… pero eso son cuestiones que yo dejo en el aire y que me gustaría que el lector se quedara pensando después de leer la novela.

Después de 'El esplendor', ¿tienes intención de seguir explorando en estos thriller psicológicos o te apetece probar algún nuevo género literario?

La verdad es que no lo sé. Es verdad que yo me siento supercómodo en el thriller porque tiene muchas variantes dentro de sí mismo, te crea una estructura de base que está muy bien, hace que la novela tenga un ritmo, que funcione muy bien con el lector, que tenga ese enganche y te permite además tocar cualquier tema. Es un género muy abierto en ese sentido, porque puedes meter cualquier tema que te interese dentro de un thriller.

Pero por otro lado es verdad que también me gustaría probar otras cosas, y siempre tengo la tentación de irme hacia el terror absoluto, ya no solo thriller o novela negra, sino pisar el terror. Y yo creo que eso es algo que cuesta trabajo hacer, cuesta llevar un género nuevo a los a los lectores, pero que es algo que en realidad yo llevo haciendo toda la vida como guionista de televisión. He escrito thrillers y también he escrito comedias musicales, dramas históricos y un montón de géneros muy distintos, y creo que tenemos como esa capacidad de cambiar de género. Pero ahora mismo no sé cuál será mi siguiente paso.

¿Es el thriller el género que siempre has consumido? Cuando eliges tus propias lecturas o películas que ver

Yo creo que voy más al thriller en lo audiovisual, cuando no sé qué ver, veo un thriller o veo una película de terror en vez de ver una comedia romántica. Sin embargo, en literatura picoteo de sitios muy diferentes. No soy un gran lector de thriller en novela. Me gusta mucho Patricia Highsmith o Denise Lehan entre los contemporáneos, pero picoteo en un montón de sitios. Leo mucha novela contemporánea, pero también clásica. Me gustan las historias de misterio, de fantasmas del siglo XIX, que es algo que también rezuma un poco el El esplendor, en todo este viaje a la isla y todo lo que ahí sucede. No tengo un género claro. A lo mejor la conexión, igual que me apetece escribir terror, es que soy consumidor de historias de terror.

¿Y hay algo que te inspire concretamente? Además de una lectura o un autor en concreto, ¿hay alguna especie de ritual que te lleves a cabo a la hora de hacer tus obras?

No lo sé, porque a veces procede de cualquier sitio, yo no hago nada concreto. Es verdad que me gusta ver mucho, y de las cosas que vas viendo y leyendo, hay ideas que te parecen muy chulas y que dices, oye, pues por aquí dándole una vuelta otra hay una historia diferente. Surge de los periódicos, de cosas que estás leyendo.

En el caso de El esplendor, yo leí una noticia sobre los cazadores de herencias, que no sabía que existían, y de ahí surge la idea del personaje de Rebeca y su profesión. Y luego hay una cuestión que es quizá más intelectual, más fría, que es qué tipo de historia quieres escribir. Cómo quieres construirla, de qué temas quieres hablar.

Ya en el plano más audiovisual, este año sale la cuarte temporada de La Caza Irati. ¿Hay ya alguna fecha concreta?

La hemos terminado hace nada, hace dos semanas. Ahora falta todo el proceso de montaje, todo lo que hay que hacer de música, color, efectos… No tenemos fecha concreta, será a lo largo de este año, eso seguro. Se estrena en Movistar y es una serie que sin hacer demasiado ruido nunca, siempre he encontrado un montón de gente que la sigue y que le gusta. Y el universo que hemos encontrado en Irati va a ser muy chulo.

¿Y hay alguna producción que tengas entre manos y que nos puedas adelantar?

Lo otro que se puede contar es una serie que hice para Netflix, que se llama Dos tumbas. También está en ese proceso, se está terminando el montaje y supongo que se estrenará también a lo largo del año. Es un formato muy curioso porque es una serie de solo tres capítulos, y yo creo que va que va a funcionar muy bien.

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